La discusión internacional sobre los impactos de la investigación e innovación y sus alcances, se encuentra plenamente vigente y no se perciben consensos en torno a su evaluación en las universidades. Numerosos artículos académicos abordan el tema desde diversas perspectivas y coinciden en enfatizar los problemas y desafíos que la medición y evaluación traen consigo, destacándose especialmente la falta de una definición clara y consensuada sobre el significado de impacto social.

Profundizando en el enfoque de la vinculación con el medio sobre los resultados de investigación e innovación, en esta columna se presenta una síntesis del panorama internacional y nacional tras la aparición del concepto de impacto social de la I+D+i+e.

Tradicionalmente, las universidades han demostrado sus resultados de investigación a través de un sistema de métricas reconocidas globalmente. El conocimiento se contabiliza por el número de publicaciones generadas y sus correspondientes citas, validadas por las comunidades académicas de las disciplinas, e indexadas en bases de datos que cubren la producción internacional del conocimiento.

En un mundo caracterizado por cambios acelerados y demandas sociales complejas, las instituciones de educación superior (IES) enfrentan el desafío de intensificar la reflexión estratégica para innovar en cómo fortalecer y desplegar, de modo sincrónico y articulado, sus funciones fundamentales.

En el ámbito de la Educación Superior, las IES enfrentan el desafío de equilibrar múltiples funciones que las conectan con la sociedad.

En el contexto de la función de VCM, la evaluación se concibe como un proceso cuya meta es “tomar decisiones”, lo cual se alcanza con datos objetivos y relevantes sobre desempeño y efectos de las actividades de vinculación llevadas a cabo por una institución con y en su entorno.