Subsecretario Víctor Orellana en seminario AEQUALIS: “Las familias chilenas deben preocuparse de estudiar y no de pagar”

Con el tercer seminario del ciclo “La Educación Superior y el desarrollo de Chile”, cuyo tema fue el “financiamiento de la ES y propuestas para la sostenibilidad del sistema”, culminó la serie organizada por la Fundación AEQUALIS y la Subsecretaría de Educación Superior.

El evento se realizó en la sede de INACAP en Santiago Centro y contó con la exposición del subsecretario de Educación Superior Víctor Orellana, quien posteriormente se incorporó a un panel que integraron Lucas Palacios, rector de INACAP y Pilar Romaguera, rectora de la Universidad de las Américas, más el moderador Carlos Williamson, de Clapes UC.

El debate se centró en el proyecto de ley que termina con el Crédito con Garantía Estatal (CAE) y que propone un nuevo Financiamiento para la Educación Superior (FES). En diciembre pasado, el proyecto fue aprobado en general por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputadas y Diputados.

Luego de la aprobación en general del proyecto de ley presentado por el Gobierno, la iniciativa será revisada en particular por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputadas y Diputados, antes de pasar a la Comisión de Hacienda.

Subsecretario Víctor Orellana

El subsecretario comenzó su exposición sobre el financiamiento de la Educación superior explicando y analizando el sistema en el cual se inserta el FES, instrumento que reemplaza al actual CAE.

El primer elemento que hay que considerar -afirmó- es entender por qué ocurre el fenómeno de expansión del financiamiento de la Educación Superior, en virtud de qué contrato social y político.

Pasamos fundamentalmente de un financiamiento de la oferta a un esquema de financiamiento de la demanda. Señaló Orellana que son tres los elementos de crédito existentes, con distintas modalidades: subsidio al crédito fiscal, subsidio al fondo solidario y subsidio al crédito con aval del Estado.

Este último va siendo cada vez mayor porque los ritmos de la expansión son cada vez más acelerados de lo que se planificó en su momento. Y porque también los egresados no obtienen las remuneraciones que pensó el legislador para que respondieran por el crédito obtenido.

Cuando entra en régimen la gratuidad, en 2016, ésta va reemplazando tanto la asignación del fondo solidario como el crédito con aval del Estado, pero lo hace en el contexto de una reforma que intenta hacerse cargo globalmente de estos problemas.

De este escenario, en que hay crecimiento de la Educación Superior con financiamiento a la demanda y una presión fiscal creciente derivan cuatro problemas:

  • Presión fiscal que toca el límite de lo posible -y no confesa (no organizada con las regulaciones adecuadas a estas magnitudes de gasto)- que no va a entregar una curva y un vector de crecimiento análogo al de períodos anteriores.
  • Deuda familiar poco abordable para cientos de miles de personas. Uno de los logros del último tiempo, es que ya hay consenso en que hay que abordar este problema.
  • Dificultad de las instituciones. Toda vez que el financiamiento es la demanda, tenemos un problema con aquellas instituciones que, por distintas razones, no tienen siempre calculada una escala grande de matrícula.
  • Disminución relativa de la Educación Pública.

Y hay un quinto problema que es la situación demográfica.

Es decir, tenemos un límite estructural demográfico, un límite estructural en el bolsillo familiar y un límite estructural en la presión fiscal. O sea, sin cambios estructurales, “los cuatro problemas que señalé se van a ir agravando cada vez más. Hemos planteado un proceso integral de modernización. Hemos convocado un consejo para la estrategia de la Educación Superior al que le hemos presentado nuestro borrador, que es un white paper de cómo pensamos debe avanzar este proceso”.

Necesitamos un sistema de financiamiento que enfrente estos problemas. Esto significa que nuestro problema de financiamiento no es cuantitativo.

El FES

Víctor Orellana explicó que han planteado un sistema que va a controlar la presión fiscal, por lo que “en régimen, vamos a estar ahorrando 3.500 millones de dólares y vamos a abordar también la recuperación, utilizando la estructura tributaria del país. ¿Es un impuesto? Creemos que no, porque hay una contraprestación clara con un servicio, porque es optativo y porque siempre usted tiene la posibilidad clara de no llegar al FES”.

Se nos dice, añadió el subsecretario, que, a lo mejor técnicamente no es un impuesto, pero políticamente lo es. “Demos vuelta el tablero. ¿Qué propondría la oposición si fuera gobierno? Un crédito, pero un crédito que se cobraría a través de la estructura tributaria. Entonces, la oposición de ese momento diría: Esto es un impuesto. Y usted diría: No es un impuesto, es un crédito. OK, técnicamente es u n crédito, pero políticamente es un impuesto. Ese concepto, entonces, no es útil para la discusión”.

Continuó explicando que el problema no está allí sino en el financiamiento de las instituciones y la discusión del copago.

Estableceremos un siste4ma que es mucho más favorable para las familias que el CAE. O sea, vamos a mejorar la vida de las personas, la presión fiscal, la recuperación”.

Modernización de las instituciones

Si se limita el copago, ¿qué autonomía tienen las IES para seguir su desarrollo? ¿Dónde van a ir a buscar recursos?

Si se liberara el copago, ¿resuelve eso los cuatro problemas estructurales que se mencionaron? Porque el vector de desarrollo no va a seguir siendo el incremento de aranceles de matrícula en pregrado.

Para la Educación Superior del futuro hay que tener una estructura de financiamiento que nos permita llevar adelante tareas de innovación, transferencia tecnológica, investigación y vinculación con el medio.

Ustedes me dirán: el gobierno anunció un financiamiento estructural a las Universidades que tiene apenas entre 2 y 3 millones de dólares de presupuesto, y yo tengo que decir: eso es real, y ante eso, lo único que tengo que hacer es sentarme a trabajar”.

¿Tenemos flexibilidad para discutir que, a partir del control de la presión fiscal por el lado del pregrado, podamos hacer un esfuerzo como país, de aumentar el financiamiento a estas iniciativas? Sí.

Pero eso nos lleva a la discusión del inicio, toda vez que el financiamiento del futuro no tiene que ver con elementos de responsabilidad individual que se financian a través de créditos, sino con elementos de aportes del sistema al desarrollo social, cultural y político del país.

Tenemos que recuperar la discusión sobre el financiamiento de las instituciones y, por lo tanto, por el valor público de lo que ellas hacen.

Metas 2025

  • Espero que abrochemos acuerdos en los aportes de las familias a las instituciones. Las familias tienen que preocuparse de estudiar y no de pagar.
  • Acuerdo en una estrategia de Educación Superior que nos permita crecer en la articulación de distintos instrumentos financiamiento que refieran a estas tareas que son del futuro de la ES.

Para lograr esto pido dos cosas:

  • Tenemos que modernizarnos incorporando el ámbito digital.
  • Tenemos que terminar con las conductas especulativas.

Carlos Williamson

Antes de dar paso al panel, el moderador Carlos Williamson, de Clapes UC, pidió cinco minutos para plantear algunos puntos relacionados con el proyecto de ley de financiamiento de la Educación Superior.

El proyecto, dijo, tiene tres aspectos de gran calado: “Eliminar el CAE significa crear un instrumento, aportes que hace el Estado para financiar a aquellas personas que no tienen recursos, pero cambia la naturaleza del sistema, el pecado original del CAE: crédito con aval del Estado, que terminó siendo un aporte con aval del Estado. En muchos casos -vamos a cumplir 20 años de su implementación- es un crédito que no se ha pagado. Ese pecado de origen es demasiado grande”.

“Cuando el subsecretario habla de la presión fiscal, tiene toda la razón: la presión fiscal es demasiado grande, 500 millones de dólares que se pagan a los bancos y si seguimos como estamos, serán cinco mil millones en algunos años más”.

Añadió que es inabordable mantener un sistema que está completamente desfinanciado y, por lo tanto, hay que tratarlo. Ojalá, añadió, hubiéramos tenido un sistema de cobro a través de impuestos internos el 2005 y no 20 años después.

Tiendo a ser favorable a la condonación. Comparto el diagnóstico del gobierno de que hay personas que se sobre endeudaron porque había un mal diseño en la forma en que creó el CAE.

Lo segundo es que si yo creo un nuevo instrumento y cambio el antiguo, ¿esto es optativo? NO. Una gran mayoría tiene que cambiarse, pero otra mayoría se puede quedar con el instrumento antiguo. No queremos tener dos instrumentos que no pueden funcionar paralelamente”.

De modo que la condonación crea un incentivo. Si ese incentivo significa que el Estado pone 100, condona 20 y recepciona 80, es muy buen negocio para el Estado. Ese aspecto de la propuesta del ejecutivo es virtuoso. Hay que defenderlo.

Me temo que los otros dos elementos que están en la propuesta – que es un proyecto que tiene tres proyectos- es muy grave. La eliminación del copago significa sacarles a las universidades 200 millones de dólares, lo que es mucha plata. Sacar eso sin decir nada es muy irresponsable. Es sacarles 200 millones de dólares y decirles: arréglenselas como puedan”.

Según Williamson, estamos en un sistema en que a las instituciones se les dice: hay que acreditarse, y para acreditares y subir de excelencia hay que investigar, y para investigar hay que tener recursos. ¿Y de dónde salen los recursos? POarte importante viene del copago.

Eliminar el copago tiene consecuencias de distinta naturaleza, son devastadoras y no se dice nada en el proyecto.

Y por último, la discusión del impuesto a los graduados fue establecido como una posibilidad de financiamiento en 1955 por un señor que se llama Milton Friedman, Me parece paradójico que el progresismo abrace una política de Friedman, pero Friedman estaba equivocado. Y lo que tenemos acá es un impuesto a los graduados”.

El informe financiero, página 17, gráfico 7, muestra que en régimen, las personas que reciben esos aportes (no es crédito) del Estado, terminan pagando en promedio un 25 por ciento.

Pongámosle el nombre que quieran, pero es un impuesto y muy significativo, porque no recae sobre los ricos: el decil 10, que son muchos, no van a entrar en este cuento.

Quienes están gravados a futuro son profesionales exitosos de sectores medios. De modo que es muy grave.

Estos elementos son muy importantes de discutir, dijo Williamson e insistió en que la primera parte del proyecto, que es muy virtuosa, puede verse desvirtuada y al final no se avance en una solución que es absolutamente necesaria de realizar.

Interesante panel

Carlos Williamson dio inicio al panel dando la palabra al rector del INACAP, Lucas Palacios quien acompañó su intervención con varias diapositivas que apoyaron sus dichos.

Lo positivo de este proyecto de ley, es que nos hace cuestionarnos y preguntarnos cómo vamos a continuar de aquí en adelante. Nuestro sistema de financiamiento público y privado ha estado orientado a la equidad de acceso y tenemos que hacernos una pregunta sobre la equidad de los procesos y la equidad de los resultados, Si mantenemos las cosas como están, en este proceso de masificación de la Educación Superior, no vamos a mejorar el impacto ni tampoco va a ser sostenible por los cambios demográficos que planteó el subsecretario”.

La política pública ligada a la ES no es solo acceso ni tampoco es sostenibilidad de las instituciones. También es la posibilidad de que los estudiantes se puedan desarrollar al máximo. También es descentralización productiva, también que tengamos todo tipo de perfil de preparación, de capacitación para poder llenar todos los espacios de desarrollo que tiene el país. Es una pregunta que no nos hemos hecho. Hay muchos estudiantes que obtienen un título y simplemente no pueden ejercer.

En uno de los gráficos, Palacios mostró que las instituciones de formación técnico profesional “hacemos mucho con poco”. Entonces – dijo – planteamos el tema del FES que, por supuesto se puede perfeccionar y mejorar, porque en política pública hay dos factores fundamentales: primero, aquellos factores deseados y aquellos no deseados y aquí es importante la sostenibilidad de las IES.

También hay que considerar otros elementos: esto no puede depender exclusivamente de la demanda del estudiante. Cuando éstos no tienen información suficiente, pueden estar demandando una carrera que no tiene tiraje laboral. ¿Significa que tenemos que restringir las posibilidades de estudio de estas carreras? NO. Pero quizás tenemos que tener sistemas diferenciados para el financiamiento de esas carreras, porque los recursos no alcanzan para todo.

Y sería muy bueno poder tener un foco en el desarrollo del país porque el impacto en la Educación Superior y la educación en general, tiene que generar movilidad social, descentralización productiva, oportunidad y posibilidades de desarrollo de las capacidades de las personas”.

Pilar Romaguera

La rectora de la Universidad de las Américas, Pilar Romaguera, se refirió a las dos iniciativas que conforman el proyecto de ley: la condonación del CAE, que consideró bien lograda, y que establece, en términos generales, que los actuales deudores de créditos CAE, Fondo Solidario y Corfo podrán adherir a un Plan de Reorganización y Condonación de Deudas Educativas. Y la segunda iniciativa, el FES, que planteó se puede mejorar, y que en términos generales permitirá cursar estudios en instituciones de educación superior chilenas que, a través de una nueva fórmula de financiamiento estará disponible para todas y todos los estudiantes que lo necesiten.

En el proyecto FES, mirando hacia el futuro, no hay un reconocimiento de la deuda. Es decir, la persona no pagará en función del costo de la carrera…en definitiva, este punto es controversial, ya que está la discusión de si es un impuesto. Lo cierto es que el pago, como lo determina la iniciativa, va a estar asociado al ingreso futuro por un período de tiempo extenso de años (20 años), y en función no solamente del salario, sino de todos los ingresos. A mi juicio, asumir una deuda al entrar a la educación superior por 20 años, es complejo. Creo que esto va a generar otro tipo de deudores; así como hoy tenemos los deudores del CAE, esto va a generar los deudores del FES”, aseguró la Rectora.

Finalmente, el subsecretario Víctor Orellana se refirió a algunos puntos que generaron controversia en el debate, como el problema del aporte familiar a las instituciones, límites y posibilidades. “Estamos dispuestos a conversar. El gobierno tiene sus principios, hay posiciones, hay que generar una propuesta y sentarnos a trabajar. Ver qué sí, qué no, cómo. Estamos disponibles”.



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