¿Qué se entiende por evaluación y qué tipos de evaluación usar en VcM?

Columnas AEQUALIS. 028. Noviembre 2024

Pilar Majmud Vargas.
Asesora especialista en VCM.
ESUP, coordinadora VCM AEQUALIS.

Existen varias interpretaciones del término evaluación. Según Ramos (1989), se entiende por evaluación, una actividad o procedimiento sistemático de recopilar información y procesar datos de manera organizada, para valorar elementos o situaciones y tomar decisiones fundamentadas en esa valoración inicial. Cronbach (1963), la describe como el proceso de recopilar y emplear información para la toma de decisiones. Livas (1980), la define como aquel proceso que implica recopilar datos de manera sistemática y objetiva sobre un fenómeno y luego interpretar esos datos para elegir entre diferentes opciones disponibles. Según Tenbrink, se define como “el actuar de reunir información y emplearla para formular opiniones que posteriormente guiarán las decisiones tomadas”. 

En el contexto de la función de Vinculación con el Medio, la evaluación se concibe como un proceso cuya meta fundamental es “tomar decisiones”, lo cual se alcanza al obtener datos objetivos y relevantes sobre el desempeño y los efectos de las actividades de vinculación llevadas a cabo por una institución con y en su entorno. 

La puesta en marcha de un mecanismo de evaluación implica no solo la definición de indicadores, sino también la descripción de otros aspectos que, en conjunto, posibilitan el cumplimiento efectivo de dicho proceso. Los elementos clave que configuran un mecanismo o sistema de evaluación incluyen al menos los objetivos establecidos por la institución para la evaluación; los diferentes tipos de evaluación que se emplearán; los métodos de medición asociados a dichos tipos; los indicadores específicos delineados y los instrumentos requeridos para llevarla a cabo.

En ese sentido las universidades, centros e institutos de educación superior han estado introduciendo gradualmente diversos tipos de evaluación, algunos a nivel institucional y otros a nivel de proyectos o programas particulares. Las más comúnmente empleadas son:

• La evaluación de necesidades que es un proceso ordenado y metódico que busca identificar y comprender las necesidades de una población específica antes de llevar a cabo un proyecto en particular.
• La evaluación de capacidades que es un proceso que busca entender y evaluar las habilidades y recursos de la institución para llevar a cabo ciertas tareas o proyectos en el ámbito de la VCM. Por lo general se realiza a nivel institucional y no está limitado a un proyecto específico.  
• La evaluación de pertinencia que es un proceso que busca determinar si un programa o proyecto es adecuado y significativo en relación con las necesidades y contexto en el que se llevan a cabo las acciones correspondientes.
• La evaluación de contribución que es un proceso que permite analizar cuánto ha contribuido una intervención o programa de VCM a los resultados observados. Se debe tener en cuenta que otros factores o variables también pueden estar influenciando esos resultados. A diferencia de la evaluación de impacto donde se busca establecer una relación causal directamente entre la intervención y los cambios observados, en la evaluación de la contribución se determinará en qué medida la intervención ha contribuido realmente a esos cambios, considerando el contexto y la presencia de otros factores involucrados. Estas medidas se aplican después que la intervención haya finalizado. 
• La evaluación de impactos que es el proceso orientado a identificar los cambios significativos y perdurables provocados por un conjunto de acciones específicas, siendo realizado una vez que han finalizado dichas acciones.

En estos dos últimos tipos de evaluación es crucial considerar el concepto de “causalidad”, también llamado nivel de evidencia. Este término se refiere a la relación entre la intervención realizada y los cambios observados.

Para promover una mejora continua en una institución de educación superior (IES), es crucial incorporar diversos tipos de evaluaciones que permitan examinar los diferentes aspectos de la función VcM, sus programas y proyectos respectivos. La evaluación proporcionará información vital para la toma de decisiones estratégicas y la optimización de procesos en línea con los objetivos institucionales. Al recurrir a distintos enfoques evaluativos como las evaluaciones de necesidades, capacidades, pertinencia, contribución e impacto, la institución podrá alcanzar una comprensión completa y minuciosa de su rendimiento y sus logros.

Aquí hay algunos ejemplos que ilustran cómo estos diversos tipos de evaluación podrían ser útiles en proyectos relacionados con el entorno:

• Evaluación de necesidades. Típicamente se lleva a cabo al comienzo del proyecto. Ejemplo: si una Institución de Educación Superior (IES) tiene como objetivo establecer un programa de formación dirigido a emprendedores locales, se inicia realizando una identificación precisa de las necesidades prioritarias, tales como habilidades en gestión empresarial o conocimientos tecnológicos. Realizando encuestas y entrevistas a los emprendedores dentro de la comunidad, la IES podrá determinar cuáles son las competencias más solicitadas, asegurando que el programa responda adecuada y efectivamente a los requerimientos genuinos del entorno en cuestión.

• Evaluación de capacidades. En este caso, la IES puede llevar a cabo una evaluación interna de las propias capacidades antes de iniciar su Plan Anual de VcM. Esta evaluación implica examinar si la institución cuenta con personal especializado, recursos tecnológicos e infraestructura adecuada para implementar los programas. Al realizar esta evaluación, la institución puede determinar si necesita hacer ajustes en sus recursos o establecer alianzas antes de poner en marcha su planificación.

• Evaluación de pertinencia: Este tipo de evaluación permite a la IES verificar si los programas y proyectos de vinculación son adecuados para el contexto en el que se implementan. Por ejemplo, en el caso de un proyecto de apoyo educativo a estudiantes de secundaria en una zona rural, la evaluación de pertinencia permite analizar si las metodologías y los contenidos propuestos se ajustan a las realidades socioeconómicas y culturales de los estudiantes beneficiarios, asegurando que las actividades propuestas sean relevantes y efectivas.
• Evaluación de contribución: Supongamos que la IES lleva a cabo un programa de mentoría profesional para egresados con el objetivo de mejorar sus habilidades de empleabilidad. La evaluación de contribución analizaría el impacto del programa en las oportunidades laborales de los egresados, teniendo en cuenta otros factores externos como la situación económica y el mercado laboral. A través de cuestionarios y entrevistas con los participantes, la IES puede determinar hasta qué punto el programa ha contribuido al éxito profesional de los egresados, aunque otros factores también puedan haber influido en los resultados.
• Evaluación de impacto: La evaluación del impacto es crucial para medir los resultados a largo plazo producidos por un proyecto de VcM. Por ejemplo, si una institución introduce un programa de alfabetización digital en una comunidad vulnerable, la evaluación del impacto evidenciaría los efectos perdurables de la propuesta como, por ejemplo, el incremento de oportunidades laborales o el aumento en la calidad de vida de los beneficiarios.  Para determinar aquello, se puede contrastar la información previa y posterior a las acciones realizadas mediante métricas específicas que muestren la transformación de la comunidad. O, considerar la aplicación de dichas métricas a un grupo de control que no participe del programa en cuestión.

Estos diversos tipos de enfoques evaluativos permiten una visión más profunda y completa de los logros y áreas de mejora, así como fortalecen la capacidad de la institución para adaptarse, innovar y responder a los desafíos y expectativas de su entorno. Así, una IES puede avanzar hacia una mejora continua, basada en decisiones informadas y orientada al cumplimiento de su misión y visión.