Acreditación Voluntaria de Carreras
- diciembre 26, 2024
- Posted by: Carlos Mujica
- Categoría: ASEGURAMIENTO DE LA CALIDAD, Columna
Columnas AEQUALIS 033. Diciembre 2024
Carlos Mujica,
Consultor independiente,
Coordinador Unidad de Aseguramiento de la Calidad AEQUALIS.
Edgar Mercado,
Universidad de Las Américas.
La Comisión Nacional de Acreditación (CNA) ha anunciado recientemente que, conforme al mandato legal, se reinician los procesos de acreditación voluntaria de carreras. En efecto, en los próximos meses se cumplirán 5 años desde la promulgación de la ley 21.091, que definió nuevas características de la acreditación institucional, amplió las carreras con acreditación obligatoria, definió también como obligatoria la acreditación de los programas de doctorado y suspendió la acreditación voluntaria de carreras, que a la fecha de la publicación de la ley eran procesos desarrollados por agencias privadas supervisadas por la propia CNA.
Entre otras de las prescripciones que trajo la ley antes señalada, destacan la evaluación de la docencia de pregrado y postgrado en una sola dimensión, la naturaleza integral de la acreditación institucional, es decir, la revisión de una muestra intencionada de carreras y la evaluación del sistema de aseguramiento de calidad institucional como una dimensión obligatoria.
Fue la suspensión hasta el año 2025 de la acreditación voluntaria de carreras y programas la que provocó preocupación y críticas en las instituciones. De una u otra manera, la acreditación voluntaria de carreras era considerada como una pieza clave del sistema de aseguramiento de calidad institucional. En alguno casos las acreditaciones de pregrado y postgrado y las certificaciones de procesos eran comprendidas como el propio sistema de calidad. En otros casos, la acreditación de carreras y programas era entendido y lo es hasta la fecha, como una herramienta de verificación de la aplicación del conjunto de mecanismos de aseguramiento de calidad de carreras y programas de pregrado y postgrado.
Desde la promulgación y de la entrada en vigencia de la ley N° 21.091 las instituciones, ya sea por obligación o por convicción, han ido diseñando o actualizando sus sistemas o modelos de aseguramiento de calidad. En este marco, la acreditación voluntaria de carreras ha sido reemplazada por certificaciones de calidad por agencias nacionales y/o internacionales, autoevaluación con verificación por pares externos o el otorgamiento de sellos de calidad internos. Todo lo anterior ha implicado procesos de autoevaluación frente a un set de criterios resumidos del antiguo panel establecido por la CNA, y la generación de un plan de mejora que usualmente se integra a un plan de mejora institucional, cerrando así el ciclo de calidad.
En efecto, son distintas las estrategias y modelos que las instituciones han adoptado. Destacan también la certificación de los sistemas de aseguramiento de calidad y su implementación en sus unidades académicas por parte de agencias europeas como ANECA y AQAS o agencias norteamericanas como MSCHE.
Hoy, la acreditación institucional integrada, verifica en la muestra intencionada la implementación de los mecanismos de aseguramiento de calidad en cuatro focos claves de la gestión de un programa, a saber, diseño y actualización curricular, procesos y resultados de enseñanza-aprendizaje, cuerpo académico o docente y, recursos operativos y económicos, en donde la evaluación se enfoca en la capacidad institucional para la implementación ecualizada de dichos mecanismos. En ese escenario, cabe entonces preguntarse sobre el foco que podría tener la acreditación voluntaria de carreras.
Así, siempre bajo la perspectiva que estos procesos de acreditación sean un aporte a la gestión de calidad de las instituciones, y siguiendo la línea de la acreditación integrada, es decir la verificación de la implementación en la gestión de las carreras de los mecanismos de aseguramiento de la calidad declarados institucionalmente, se propone poner el foco en la verificación de un set de estándares disciplinares que dan sustento a las carreras y programas. Así como en el área de educación es relevante verificar el cumplimiento de los estándares pedagógicos, en ingenierías podría ser importante verificar la suficiencia en los perfiles de egreso y correspondientemente en los planes de estudio, de los resultados de aprendizaje asociados a las ciencias básicas, a las ciencias de la ingeniería o a las áreas de la gestión, dependiendo del tipo de ingeniería. Asimismo, debiese considerar la verificación de implementación de políticas, mecanismos y resultados de las funciones de Vinculación con el Medio e Investigación, considerando para ello tanto los propósitos declarados por las carreras y programas como las definiciones al interior de cada una de las disciplinas.
Con todo, resulta esencial la articulación de los distintos mecanismos de los que dispone CNA para la promoción y verificación de la calidad al interior de las distintas instituciones de educación superior, para que esta labor no resulte en una sobrecarga del trabajo al interior de los equipos académicos.