Proceso de admisión 2019: Resultados conocidos que imponen nuevos desafíos en la antesala de una nueva institucionalidad
enero 21, 2019

Recientemente se publicaron los resultados de las postulaciones a las 41 universidades pertenecientes al Sistema Único de Admisión del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, con ello culmina la penúltima etapa del Proceso de Admisión 2019, el que finaliza con la matrícula.

Como todos los años, al terminar esta etapa se realiza una evaluación del proceso y, en particular de la aplicación de las Pruebas de Selección Universitaria (PSU). Esto último constituye, sin lugar a dudas, el aspecto que más atención mediática recibe, y frente al cual las posturas suelen ser más extremas. Sin embargo, la evaluación es bastante clara: las PSU cumplen con los estándares de calidad exigidos y responden al objetivo y a los principios que el Consejo de Rectores ha definido.

El sistema de admisión logra que los y las estudiantes participen de un proceso objetivo, riguroso, independiente, transparente y confiable, lo que evita arbitrariedades e intervención de terceros que puedan marcar preferencias sobre alguien, o que los estudiantes deban acudir a cada establecimiento a participar en un proceso particular de selección. Además, como resultado de las mejoras que se han implementado a través del tiempo, el sistema no solo considera el rendimiento en las pruebas estandarizadas (PSU), también valora y toma en consideración la trayectoria académica de los estudiantes (NEM y Ranking de Notas). En el mismo sentido, el sistema de admisión implementa cada año aquellas acciones necesarias que permiten articular la admisión con políticas y programas de equidad e inclusión en la Educación Superior, ejemplo de ello son las medidas para el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (PACE), para los estudiantes en situación de discapacidad, extranjeros y personas transgénero.

Con independencia de esas y otras mejoras, el análisis de los resultados de las PSU no muestra grandes variaciones con respecto a procesos anteriores. Las diferencias por sexo y por tipo de establecimiento y dependencia educacional, aspecto fuertemente relacionado con el nivel socioeconómico, se repiten año a año. Curiosamente, frente a estos resultados, la misma discusión se instala no solo en la opinión pública, sino también en los espacios académicos, políticos y educativos. No cabe duda que estos resultados son preocupantes, principalmente porque ellos reflejan las desigualdades del sistema educativo chileno, desigualdades que se relacionan con las oportunidades de aprendizaje las que, lamentablemente, dependen del tipo de establecimiento (particular pagado, particular subvencionado y municipal) y modalidad educativa (científico humanista y técnico profesional).

Como evidencia de lo anterior son los resultados específicos del proceso de este año: hubo 211 puntajes nacionales, de los cuales el 79% fueron obtenidos por hombres y el 73% por estudiantes que provenían de establecimientos particulares pagados. Sin embargo, también hubo catorce estudiantes que obtuvieron el máximo de 850 puntos y auto reportaron pertenecer a algún pueblo originario; cinco estudiantes de nacionalidad extranjera  y, entre ellos(as), hay una persona de un establecimiento Técnico Profesional que, a la vez, participa en el Programa PACE. También cabe destacar que del Programa PACE obtuvieron puntaje nacional cuatro estudiantes egresados de cuarto medio y dos de ellos, además, obtuvieron la Beca de Excelencia Académica (BEA).

En cuanto a la selección, como es de esperar a la luz de los resultados de las PSU, las desigualdades persisten. En esta etapa, también existe una sobre representación del sector particular pagado, considerando que son solo un 11% de quienes rinden las pruebas, pero un 20% de los(as) seleccionados(as). Por el contrario, hay una sub representación del sector municipal, donde se observa que estos(as) estudiantes son un 35% de quienes rinden las pruebas y sólo un 26% quienes resultan seleccionados(as). Esto también se evidencia si vemos que del universo de estudiantes que egresa de un establecimiento particular pagado, un 89% es seleccionado(a), mientras que de establecimientos municipales, solo el 46% es seleccionado(a).

Si bien se están analizando propuestas para introducir cambios a la batería de pruebas y ello es siempre necesario y deseable en un sistema que debe perfeccionarse continuamente, no se debe olvidar que el objetivo del proceso de admisión es “seleccionar a quienes tengan las mejores posibilidades de cursar la formación universitaria”. El sistema universitario, a pesar de que ha crecido de manera importante en las últimas décadas, cuenta con recursos humanos y materiales limitados, por lo mismo, sus vacantes son también ajustadas a esos recursos. Con este escenario en perspectiva, el proceso seguirá siendo selectivo. Más aún, es posible anticipar que las eventuales modificaciones, en particular a las PSU, no resolverán las brechas en los resultados.

Obviamente el análisis de los resultados del proceso de admisión no solo es importante, sino indispensable. En este sentido, es importante no perder la capacidad de asombro frente a esta situación, aunque no cambie de manera importante de un año a otro, pero si no se discuten las razones que están a la base de estos resultados, si no se realiza una revisión, actualización y fortalecimiento de la formación en la Educación Media y se implementan medidas que “nivelen la cancha”, las diferencias observadas se mantendrán.

Lo anterior adquiere aún mayor relevancia en el contexto actual, dado que este sistema de admisión, común y centralizado, que ha estado vigente por más de cinco décadas, se modificará a partir del Proceso de Admisión 2021, tal como lo establece la Ley 21.091 de Educación Superior. La ley, aprobada hace ya un año, establece cambios en la institucionalidad del acceso a las instituciones de educación superior, que será administrado por la futura Subsecretaría de Educación Superior.

En primer lugar, se crea un Sistema de Acceso a la Educación Superior, el que será objetivo y transparente y deberá considerar, entre otros, la diversidad de talentos, capacidades o trayectorias previas de los(as) estudiantes. El sistema establecerá el proceso e instrumentos para la postulación y admisión. En cuanto a los requisitos y criterios de admisión, serán definidos por cada institución.

En segundo lugar, la Subsecretaría deberá construir y coordinar dos comités técnicos de acceso, uno para el subsistema universitario y otro para el subsistema técnico profesional (TP). Ambos deberán definir los procesos e instrumentos del sistema.

El comité universitario estará integrado por cinco rectores del Consejo de Rectores, dos rectores de universidades privadas no pertenecientes al CRUCH, y el (la) Subsecretario(a). En tanto, el comité TP estará integrado por tres rectores de Centros de Formación Técnica (CFT) estatales y tres rectores de Institutos Profesionales (IP) y CFT privados, además del (la) Subsecretario(a).

En este nuevo escenario, el Consejo de Rectores se ha comprometido con facilitar una transición que favorezca la implementación del nuevo Sistema de Acceso, contribuyendo con su experiencia y trayectoria y, especialmente, resguardando que los(as) estudiantes puedan participar de un sistema que les brinde aún mejores condiciones.

Este nuevo escenario es una tremenda oportunidad, puede ser el camino que a largo plazo permita dar un salto cuantitativo y cualitativo en el acceso a la educación superior. Sin embargo, tanto la historia de nuestro sistema de admisión como la experiencia internacional nos entregan algunos indicios que es importante tener en cuenta: la relevancia de los primeros años, la necesidad de sistemas, ciclos y niveles articulados y, muy particularmente, el que las pruebas estandarizadas dan cuenta de una realidad país. Si queremos mejores resultados, debemos mejorar la educación escolar.

Principales resultados en cifras

Para este Proceso de Admisión 2019 se inscribieron para rendir las PSU un total de 294.199 personas, y rindieron las pruebas obligatorias (Matemática, y Lenguaje y Comunicación), 264.629. Algunos elementos que resaltan en esta etapa, son los siguientes:

Procesos de admisión 2019

De la etapa de postulación y seleccióncabe mencionar los siguientes datos:

Procesos de admisión 2019. Etapa de postulación y selección