Por un relanzamiento de la beca Técnicos para Chile
julio 15, 2024
Columnas AEQUALIS. 019. Julio 2024

Alejandra Villarzú
Directora Ejecutiva EspacioTP / Consultora

Si bien el término “educación internacional” suele tener diversos significados, posiblemente el más común se refiera a la movilidad de estudiantes de un país hacia otro en el nivel terciario, ya sea universitario o técnico-profesional. Hablaremos de educación internacional, por ende, para referirnos a la matrícula de quienes viajaron a otro país con el propósito específico de estudiar y para lo cual recibieron una visa acorde.

Chile es conocido por ser un país de origen: todos los años, un número significativo de chilenos –y residentes permanentes– parte al extranjero para estudiar. Los programas y niveles cursados en el extranjero son variados, pudiendo distinguir entre: idiomas (principalmente inglés), posgrados, intercambios educativos de corto plazo y estudios de nivel técnico-profesional. Esta última dimensión de la educación internacional es la que hoy nos atañe. En EspacioTP creemos que esta historia de movilidad debe ser fortalecida en la educación superior técnico-profesional (ESTP).

Estudios técnico-profesionales

La movilidad internacional en la ESTP tiene una historia reciente. En específico, el financiamiento público para la obtención de competencias de nivel técnico-profesional en el extranjero –para ciertas áreas estratégicas– se inició recién en 2008 con el Programa de Becas Técnicos para Chile (BTCH). Lamentablemente, el Programa se encuentra sin financiamiento desde 2020, y sin información sobre futuras aperturas.

En términos generales, el Programa apunta a cuatro perfiles: (i) técnicos de nivel superior y profesionales sin licenciatura, con al menos 2 años de experiencia laboral, (ii) formadores de la educación media técnico-profesional, (iii) formadores de la educación superior-técnico profesional y (iv) técnicos de nivel superior en educación parvularia.

En Chile, la ESTP tiene un lugar privilegiado en ciertas áreas del conocimiento o sectores económicos, al no existir en estos casos una oferta educativa de nivel universitario. Por ejemplo, la mayoría de las carreras vinculadas directamente al sector de turismo son propias de la ESTP, como cocina, turismo aventura y gestión hotelera. La suspensión de BTCH significa que, para este sector, no existe actualmente una política de desarrollo de capital humano avanzado que incluya estudios en países referentes.

Pero esta limitación no se restringe a sectores como el turismo y la hotelería. Industrias en profunda transformación tecnológica, como el hidrógeno verde, requerirán pronto de personas con competencias avanzadas que hoy los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales de Chile no están ofreciendo.

De manera general, el proceso de actualización de la oferta educativa nacional es más lento que los cambios tecnológicos y organizacionales en la economía. Si bien ello puede ser considerado normal, también representa un desafío para ciertas áreas. En 2023, por lo pronto, los estudios en inteligencia artificial y seguridad fueron prioridad para las becas de magíster y doctorado en el extranjero. Sin embargo, la ESTP tiene también un rol fundamental que jugar en estas áreas, a la vez que existe ya una oferta técnico-profesional contundente en países como Australia y Estados Unidos.

Mejoras para una nueva versión de BTCH

Pero BTCH también merece ser revisado y mejorado. Una evaluación del programa del año 2021, realizada por la DESUC UC, entrega algunas recomendaciones. En primer lugar, se señala la necesidad de fortalecer el vínculo entre la oferta educativa y la demanda por competencias. En efecto, la mayor empleabilidad y el mayor grado de aprovechamiento de las nuevas competencias se da en aquellos becados que, luego de sus estudios en el extranjero, se emplearon en la misma empresa u organización que habían dejado al partir. Quienes se encontraban desempleados, en cambio, encuentran iguales o mayores dificultades al regresar. Este fenómeno amerita ser analizado.

Una segunda recomendación se refiere a la necesidad de mejorar la selección de programas ofertados. Contrariamente a las becas de magíster y doctorado en el extranjero, en donde las instituciones de destino pueden ser evaluadas según su nivel de producción científica, los institutos técnico-profesionales deben firmar convenios con el Ministerio de Educación para recibir estudiantes becados. Para ellos, se crean comisiones por área productiva. Hasta el 2019 existían cerca de 20 convenios en 8 países. Sin embargo, la calidad de esta oferta no siempre ha sido evaluada de manera positiva por los mismos becados, lo que representa una preocupación mayor.

En tercer lugar, se recomienda llevar a cabo acciones que permitan posicionar a BTCH entre los empleadores. Es decir, se propone mejorar la visibilidad a este instrumento, dando una señal al mercado laboral sobre la existencia de capital humano avanzado en el sector técnico-profesional.

Por último, se recomienda crear una red de becarios, con el fin de apoyar el intercambio de experiencias, aumentar la retroalimentación hacia el Programa y crear capital social entre los participantes.

Estas y otras recomendaciones pueden ser un buen punto de partida para relanzar BTCH en un futuro –lo esperamos– cercano.