La lectura como patrimonio cultural
junio 03, 2023
                                   Columnas AEQUALIS. 011. Junio 2023

María Jesús Honorato
Decana Facultad de Educación
Universidad de Las Américas

Hace unos días, nos enlutamos con la muerte de Marta Cruz-Coke, primera mujer directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), y creadora del Día del Patrimonio que acabamos de celebrar. Entre el inmenso legado que nos deja esta destacada licenciada en filosofía y gestora cultural, quiero detenerme en uno: el programa Bibliometro, iniciado en 1996 para incentivar la lectura y acercar los libros a las personas, y que hoy está presente en las principales estaciones del ferrocarril urbano.

No es un secreto que los chilenos no tenemos buenos índices de lectura. Así como la iniciativa de Cruz-Coke, hay varias, pero ninguna ha tenido resultados esperados. Según el informe “Leer en Chile. Estudio de hábitos y percepciones lectoras”, publicado en octubre de 2022 por Ipsos y Fundación la Fuente, un 50% de los chilenos lee todas las semanas algún material, mientras que un 83% asegura que le gustaría leer más y que no lo hace, entre otras razones, por falta de tiempo (53%). Las cifras no se ven tan mal, pero leer, no es lo mismo que comprender. Si vamos al informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) «Education at a Glance 2018», solo el 1% de los chilenos adultos con educación media completa entiende lo que lee, frente al 7% promedio a nivel mundial. Y si enfocamos el lente en los chilenos con educación superior, este porcentaje llega a 5%, muy por debajo del 21% promedio de la OCDE.

A las principales causas que son el nivel educacional de las familias y los hábitos de lectura, debemos agregar la pandemia que afectó aún más los índices, principalmente a los primeros niveles de educación básica, que son precisamente donde se aprende a leer. Un estudio de la profesora Carolina Melo de la Universidad de los Andes, estableció que el 96% de los estudiantes de primero básico no conoce las letras del alfabeto, y por lo tanto, no puede leer libros indicados para su edad.

Debemos recuperar la lectura como patrimonio cultural y de esta manera abrir las puertas para el desarrollo futuro de miles de niñas y niños. No leer, y mucho menos no comprender, coloca barreras que con el tiempo se hacen infranqueables. El camino para hacerlo es incentivar los hábitos de lectura desde la primera infancia, ya que ésta afecta todos los aspectos del ser humano: emocional, afectivo, social, lingüístico y permite el aprendizaje de todos los demás saberes. Son las familias y todo el sistema educativo los encargados de esta magna misión que tanto preocupó a Marta Cruz-Coke. Partamos por algo simple: contemplemos visitar una biblioteca junto a nuestros niños en cualquier panorama familiar.