Chile cambió y la educación superior también, hace rato
mayo 16, 2022

(Jorge Menéndez Gallegos, Rector ENAC, Unidad TP AEQUALIS). A propósito de la discusión en los medios respecto al sentido público de las universidades, en la cual pareciera reducirse y agotarse el análisis en un mundo auto referido a estas instituciones, cabe reflexionar en un sentido un poco más amplio y mirar a la educación superior en su conjunto.

En primer lugar, es necesario partir señalando que el sistema de educación superior va más allá de esta división dicotómica entre lo público y lo privado, entre universidades públicas y privadas o entre educación universitaria y Educación Técnica Profesional Superior (ESTP). Hoy tenemos un solo sistema de educación más robusto y complejo (escrito en una ley), de provisión mixta y de caminos paralelos entre las universidades y la formación técnica profesional (los IP-CFT).

En segundo lugar, es también un sistema de provisión masiva (una de las más altas coberturas del mundo) y completamente democratizado (ya no es una elite la que accede), pues esa aspiración que había en la década de los 80 y los 90 “que ningún alumno quede sin estudiar por motivos económicos” es algo que ya se cumplió y en parte importante fue gracias a la expansión de la ESTP. La ESTP vino a llenar un vacío estructural y necesario de aquellos tiempos: el dilema de la pirámide laboral invertida y los largos estudios universitarios que no podían financiar las familias de menos recursos.

Pues bien, Chile avanzó y todos los que quieren entrar a la educación superior lo pueden hacer, en gran parte porque la ESTP se desarrolló y el país es líder en formación técnica en América Latina. Aquella ha cumplido un importante rol para el desarrollo de la educación superior nacional y eso es parte de la realidad nacional hace mucho tiempo; son miles de jóvenes y sus familias que se han beneficiado de la ESTP y su fisonomía flexible que permite estudiar en corto tiempo, insertarse en la vida laboral y alcanzar el progreso social.

Por otro lado, y en los tiempos más actuales, la Educación Superior Técnica Profesional se sintoniza cada vez mejor con los desafíos de la productividad y el desarrollo de los territorios con miras a la innovación; también con la educación a distancia y los nuevos ritmos de vida más acelerados. Toda esta trayectoria de los últimos 30 años es valiosa y habla de un sistema de educación superior renovado y fortalecido que se debe preservar y promover en su diversidad. Que no pase lo mismo que para la reforma universitaria de los 60, momento de la historia en el cual esa reforma puso a la educación superior en un pedestal elitista y echó por tierra más de 100 años de experiencia en educación TP.