$3,3 millones promedio por alumno cuesta la sobre duración de las carreras en Chile
marzo 29, 2019

Millonarios son los gastos en que deben incurrir las familias chilenas y el fisco para financiar la sobre duración de las carreras o programas universitarios y técnicos en nuestro país. Según un estudio realizado por el Foro de Educación Superior AEQUALIS, en términos de montos globales, la estimación monetaria destinada a este fin bordea los 460 mil millones de pesos (más de 760 millones de dólares) que según las proporciones históricas de financiamiento, se distribuyen en unos 340 mil millones de gasto privado (familias) y 121 mil millones de gasto fiscal.

El estudio consideró un análisis de  los más de 200 mil titulados de educación superior en 2017, cuyo resultado indicó que aproximadamente 140 mil de ellos se titularon con posterioridad a la duración formal de sus carreras o programas y por lo tanto incurrieron en un financiamiento adicional promedio por sobre lo esperado de más de 3,3 millones por alumno. Más del 70% de este monto fue financiado directamente por las familias, y cerca de  25% lo cubrió el Estado a través de sus ayudas estudiantiles.

En la presentación de la investigación, el Dr. Iván Navarro, presidente de AEQUALIS, explicó que la sobre duración de una carrera o programa equivale a la brecha que existe entre su duración formal y el tiempo real que toma en promedio para una cohorte de ingreso titularse. ”Esta sobre-duración es uno de los principales desafíos en la Educación Superior en Chile”, manifestó Navarro, para citar luego una afirmación realizada años atrás  OCDE al respecto: “Si no se tiene a la vista un conjunto de otros indicadores que permita tener una visión más amplia y aguda de los derroteros seguidos por la educación superior chilena, tales como, las tasas de deserción y las tasas de titulación oportuna, una política que se enfoque exclusivamente en aumentar los porcentajes de ingresos y descuide estos otros elementos fundamentales, es una política truncada, poco eficaz y generadora de una sensación de frustración en los estudiantes que ingresan a la educación superior y que ven disminuidas sus posibilidades de finalizar a tiempo y con éxito sus estudios, pues la sociedad chilena sigue viendo en la educación el camino más seguro hacia una vida de mayor prosperidad”.

Cabe hacer presente que, según lo informado por AEQUALIS, la realidad descrita por este estudio no es un descubrimiento nuevo: lo observó la OCDE para Chile en 2009 y desde el punto de vista histórico, la evolución de la sobre duración permanece constante al menos los últimos 10 años.

Fabián Riquelme, académico de AEQUALIS, señaló que “en Chile, la sobre-duración entre quienes se titulan alcanzó para quienes lo hicieron en 2017 un 29,2%. Este indicador resultó ser de un 32,7% en el caso de los Centros de Formación Técnica (CFT), un 24,1% en los Institutos Profesionales (IP) y un 31,3% para el caso de los titulados de universidades. Es importante reiterar que este indicador ha permanecido prácticamente igual en los últimos 10 años (información actualizada SIES)”.

También indicó que la metodología para el cálculo de la estimación del gasto fiscal y familiar para financiar la sobre-duración en las carreras consideró los informes “Duración real y sobreduración de carreras y programas” que publica anualmente el SIES. Explicó que ·estos informes detallan las duraciones reales entendidas como el número de semestres efectivos que demoran los estudiantes en obtener su título o grado final, considerando el tiempo que transcurre desde que ingresan al primer año de la carrera y/o programa y la fecha (semestre) en que obtienen su título y/o grado por parte de la institución y también la sobre-duración de ellas, que corresponde al cuociente entre el número de semestres que demoran en obtener su título los estudiantes por sobre los semestres esperados de la carrera y/o programa, y el número esperado de semestres que dura su carrera y/o programa. Se tomó como año base de cálculo el último disponible (2017)”.

Agregó Riquelme que también se utilizó la información disponible en MINEDUC sobre oferta académica, obteniéndose el dato promedio de valor de semestre (la mitad del arancel anual promedio) y del valor de matrícula anual promedio.

Volviendo a las cifras y para graficar la magnitud del problema, el investigador afirmó que “el mencionado gasto Fiscal estimado por este concepto que supera los 121 mil millones de pesos, equivale a un tercio del gasto fiscal en gratuidad para IP y CFT 2019 o a la mitad de lo presupuestado en Becas Educación Superior 2019”.

Por su parte, Navarro concluyó que “la progresión académica debe ser prioritaria en las instituciones de educación superior, dado al alto impacto financiero en la familias y en el Estado. Según lo estimado, una parte mayoritaria de los 200 mil titulados (aprox.140 mil) en educación superior 2017 incurrieron en un financiamiento promedio por sobre lo esperado de más de 3,3 millones. De este monto, aproximadamente el 25% lo cubrió el Estado a través de sus ayudas estudiantiles y el resto lo financiaron las familias. La titulación oportuna (estudiantes que se titulan hasta 1 año después de la duración formal de la carrera o programa) debe ser entonces, un indicador indispensable para la medición de la eficiencia, invita a la reflexión sobre cómo las IES apoyan la progresión académica de sus estudiantes, qué modificaciones o ajustes a los programas se deben realizar, qué carencias de entrada presentan los estudiantes desde la educación escolar, entre otras reflexiones. Finalmente, cobra mayor relevancia la Investigación en Docencia o Innovación Educativa, que básicamente permitiría hacer mejor y más eficiente la forma en cómo las IES enseñan y cómo los estudiantes aprenden y concretamente, qué acciones desde las instituciones escolares se realizarán para mitigar este efecto.